El corporate venture capital sigue con tendencia al alza en en Latinoamérica

Aunque el mercado latinoamericano de corporate venture capital (CVC) aún es muy incipiente en cuanto a inversión y transacciones hechas con empresas emergentes por medio de este vehículo de financiación, al compararlo con los más fuertes en este segmento como son el estadounidense, el asiático o el europeo, en el Q2- 2022 fue la única región a escala global que tuvo un crecimiento respecto al Q1-2022.

Así lo consignó el reporte State of CVC Global Q2-2022, que publica cada trimestre la firma CB Insights, especializada en inteligencia de mercados. En este se especifica que, aunque Estados Unidos sigue siendo el mercado más grande de inversiones con participación de CVC en el planeta, al registrar en el Q2- 2022 US$12.200 millones agrupados en 358 transacciones, en el comparativo con Q1-2022 tuvo una reducción de US$7.500 millones (tras alcanzar US$19.200 millones en el periodo anterior), y los mercados asiático y europeo, más Canadá, África y Australia, también reportaron disminuciones considerables.

Contrario a lo anterior, Latinoamérica vivió un alza en el CVC, al pasar de US$500 millones a US$600 millones entre el Q1-2022 y Q2-2022. Como se observa, las cifras aún distan mucho de las estadounidenses y también de las estadísticas asiáticas y europeas (que en el Q2-2022 aportaron US$7.500 millones y US$5.500 millones), pero los registros positivos sirven para sembrar optimismo en la región.

Al ampliar el detalle del mercado latinoamericano, el informe de CB Insights señala que en los primeros seis meses de 2022 se han concretado 67 transacciones de CVC, que han dejado US$1.100 millones en financiación para empresas emergentes.

El 75 % de estas negociaciones (tres de cada cuatro) estuvieron dirigidas a empresas en etapas tempranas; el 16 % a etapas intermedias y el resto entre avanzadas y otras instancias de consolidación en su crecimiento.

En el Q2-2022 se dieron movimientos importantes en el CVC; el más relevante fue el de Nowports, compañía mexicana de desarrollo de software, que a través de este modelo recaudó US$150 millones en la ronda serie C por el 24,8 % de participación de la firma Mouro Capital.

También se destacó el de Xepelin, marca chilena de internet, que levantó US$111 millonesen la ronda serie C por parte de PayPal Ventures, que logró así el 18,4 % de participación accionaria.

Una oportunidad para las corporaciones

Daniel Toro, cofundador de LinkU Ventures, señala que el CVC es una gran oportunidad para las corporaciones que desean invertir en emprendimientos en etapas emergentes que les ofrecen proyecciones de crecimiento interesantes, con altas probabilidades de obtener retornos financieros en fases más avanzadas de su consolidación.

Hay corporaciones cuyo propósito al vincularse con este modelo de inversión puede ser el de acompañar a dichas iniciativas y ayudarlas a acelerar su crecimiento con el desarrollo de nuevos modelos de negocio para que perduren.

De hecho, Toro afirma que hay corporaciones que invierten en etapas tempranas, luego venden su participación y más tarde, cuando la empresa ya ha madurado, recompran para incorporarlo como una línea de negocio de su organización.

“Cuando un corporativo invierte en emprendimiento, invierte en innovación, en velocidad y en flexibilidad. Hay organizaciones que, al ser tan robustas, sus procesos y sus tomas de decisiones se tornan complejos y su ritmo de crecimiento es más lento, lo cual riñe con la tecnología y la innovación que sí pueden ofrecerles los emprendimientos”, explica Toro.

En Colombia, y en Latinoamérica en general, según reflejan los reportes como el de CB Insights, la participación del CVC aún es tímida, pero según las palabras del cofundador de LinkU Ventures cada vez son más las organizaciones que se vienen sumando, estructurando sus propios vehículos de inversión para acompañar o acelerar esas iniciativas empresariales emergentes.

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